La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
¿Qué tendrá ese mestizo que vive sin un empleo?
Lo alimentan y lo visten, yo trabajo, no le veo
¿Qué tendrá ese mestizo?
No hace nada, está tirado
Para mí que a ese mestizo lo subsidia el estado
¿Qué tendrá el mestizo?
¿Que le dan planes sociales?
¿Le dan planes trabajarias y mantienen vagos
Con los impuestos, que toman cerveza en la esquina?
¡Y nosotros pagamos todo con los!
¡Hay, no pue! ¡no me sale, no me sale!
¡No me puedo calmar y se me va la rima!
Andate, andate, dejame sólo, fuera corista
Corista fuera, ¡fuera, fuera, fuera!
Vení de nuevo acá, así te puedo gritar y me
Desahogo, ¡inútil, ser humano a medio hacer, fuera
Inútil, tonto, fuera, fuera, fuera!