La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
La gran Mechona se mueve
No crean que son pajuelillas
Sacude bien sus caderas
Juan Rosa solo la mira
Y hasta le tiembla la falda
Al ritmo de la cintura
Y se ha quedado babeado
¿Quién?
Chachán viendo su hermosura
Mi pueblo es alborotado
Sabe bailar con sabor
Aquí botas la pancita
Algunos son la excepción
Los Vilches son la excepción
Tumer disfrazado de nalgona
Baila con Lencho y Potero
Pegan gritos las gemelas
¡El baile se puso bueno!
La Geo enganchada en Tembo
Llegó José Andrés Canecho
Y la Argentina y la Martha
Sacunden todo cuerpo