La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
La Canción de un Niño Miguel Cejas
En un pueblo humilde que ayer visité
vi tanta pobreza que triste quedé
Pero en un ranchito a un niño escuché
Con rostro sonriente cantar muy feliz
Yo tengo una casa muy lejos de aquí
Con puertas de perlas y un mar de cristal
Y cuando me vaya más allá del Sol
Veré a Jesucristo que a en mí vive hoy
Entonces allí me puse a llorar
más no de tristeza sino de emoción
Y junto aquel niño yo pude cantar
Pensando en el cielo, la misma canción
Yo tengo una casa muy lejos de aquí
Con puertas de perlas y un mar de cristal
Y cuando me vaya más allá del Sol
Veré a Jesucristo que a en mí vive hoy
Yo tengo una casa muy lejos de aquí
Con puertas de perlas y un mar de cristal
Y cuando me vaya más allá del Sol
Veré a Jesucristo que a en mí vive hoy