La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Terribles imágenes, recuerdos
Mi conciencia arrebata
El desgarro interno y mi rencor (sin poder ahogarlo)
Una espina sin arrancar
Tras un golpe, una marca
Cada instante
Me remite a tu traición
A tus manos con mi sangre
Y a tu mentira contra mi verdad
No, jamás
No podré olvidar
Terribles imágenes, recuerdos
Por siempre quedarán
En la retina de mis ojos
Intentando escapar junto a mi dolor
Oscuros pensamientos
Me conducen al fin
Aunque escape muy lejos
Tu sombra me alcanzará