La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Ocultas el tiempo
Las razones para poder ser
Nublando tu mente
Constantemente
Guiándote
A otra encrucijada
No evadas tu realidad
Con inútiles instrumentos
Pues destructiva es la solución
Estrellarte contra la pared
No te conducirá a ningún lado
Laberintos de tu ser
Hundido en tu interior
Escribes los pretextos
En tu alma, desangrándola
El abandono de tu existir
Hoy es tu expresión