La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
¿Cómo olvidarte? Si yo soy testigo
De tus obras y de tu ayuda
Tus milagros tu poder
¿Cómo olvidarte? Si tú has sido siempre fiel
¿Cómo olvidarte? Si tú eres mi Dios
Conoces mi vida conoces mis pasos
Todos mis días los tienes contados
Mis sueños, deseos
Están en tus manos
Mis horas amargas
Las consuelas tú
Tú eres Señor
El sustento de gracia
La fuerza que llevo aquí adentro en el alma
El sol de justicia que alumbra mi ser
¿Cómo olvidarte? Si eres mi Dios
El Dios de los cielos
El Dios de la tierra
El Dios de los mares
Y de las estrellas
El Dios de Israel
El Dios del ayer
De hoy, de mañana y los siglos
Amén