La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Andando por la vida se encuentran tantas cosas
Que si, que no, que si, no tienen claridad
Hay una luz que alumbra, no se puede extinguir
Te lleva hasta el final y con fidelidad
Apartará de ti toda incredulidad ya que debes confiar para que pueda obrar
En la dificultad no te tropezarás, no te caerás
Te enseñará
Que nada te pare (te pare), la luz ta en tu vida (vive)
Cuentale al mundo que tú ha sido livre y todo estará bien
Que nada te pare, la luz ta en tu vida
Cuentale al mundo (al mundo) que tú ha sido livre y estarás de pie
En este mundo absurdo todo es vanidad
Dime lo que tendrás y tu valor darás
Tu esencia és real, ya que no es natural, no es superficial, no se puede comprar
No te dejes mover, no pierdas el control
No te dejes mover, no peirdas la razón
Oh
Oh, oh, oh, oh
Oh, oh, oh, oh
Oh, oh, oh,
Hey, hey, hey
Que nada de pare
Que nada te pare