La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Hijo Pródigo (part. Marcos Brunet) Montesanto
De casa me fui
Perdido en el mundo
Luego hallado por ti
Mi herencia gasté
Estando sin nada, volví a tu casa
Sintiéndome indigno de ti
Más tú no me miras así
Y aunque de tu casa me fui
A nuestro encuentro volví
Y hoy puedo decir
Mi padre
Olvidaste la ofensa de tu hijo
Recibes al humilde y perdido
Me siento en tu mesa
Y te alegra pasar tiempo conmigo
Soy tu hijo
El que estaba muerto y ahora estoy vivo
Tu gracia me libró del castigo
Hoy vuelvo a tus brazos
Con un corazón arrepentido
Pródigo fui
Perdido en el mundo, luego hallado por ti
Mi herencia gasté
Estando sin nada, volví a tu casa
Sintiéndome indigno de ti
Más tú no me miras así
Y aunque de tu casa me fui a nuestro encuentro, volví
Y hoy puedo decir
De lejos
Corriste hacia mí
Y sonreíste
Al verme llegar
Hoy te confieso
No huiré jamás de tu paternidad