La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Si me siento en este bar
Es porque quiero olvidar
Que la amé con ilusión
Es por eso que al tomar
En cada copa se va
Parte de mi corazón
Si la miran por ahí
No le digan que yo aquí
Fumo con mi soledad
Díganle que soy feliz
Que a mi nunca me va mal
Que hoy me pude percatar
Díganle que soy feliz
Que a mi nunca me va mal
Que hoy me pude percatar
Cantinero, sírvame otra copa
Que esa risa loca yo quiero olvidar
Y a ella que se cree cual diosa
Juro por mi vida la voy a olvidar
Si me siento en este bar
Es porque quiero olvidar
Que la amé con ilusión
Es por eso que al tomar
En cada copa se va
Parte de mi corazón
Si la miran por ahí
No le digan que yo aquí
Fumo con mi soledad
Díganle que soy feliz
Que a mi nunca me va mal
Que hoy me pude percatar
Díganle que soy feliz
Que a mi nunca me va mal
Que hoy me pude percatar
Cantinero, sírvame otra copa
Que esa risa loca yo quiero olvidar
Y a ella que se cree cual diosa
Juro por mi vida la voy a olvidar
Cantinero, sírvame otra copa
Que esa risa loca yo quiero olvidar
Y a ella que se cree cual diosa
Juro por mi vida la voy a olvidar