La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Tú me hiciste sentir que no valía
y mis lágrimas cayeron a tus pies
me miraba en el espejo y no me hallaba
yo era sólo lo que tú querías ver
Y me solté el cabello, me vestí de reina
me puse tacones, me pinté y era bella
y caminé hacia la puerta, te escuché gritarme
pero tus cadenas ya no pueden pararme
y miré la noche y ya no era oscura, era de lentejuelas
Y todos me miran, me miran, me miran
porque sé que soy linda, porque todos me admiran
Y todos me miran, me miran, me miran
porque hago lo que pocos se atreverán
Y todos me miran, me miran, me miran
algunos con envidia pero al final, pero al final
pero al final, todos me amarán
Tú me hiciste sentir que no valía
y mis lágrimas cayeron a tus pies
me miraba en el espejo y no me hallaba
yo era sólo lo que tú querías ver
Y me solté el cabello, me vestí de reina
me puse tacones, me pinté y era bella
y caminé hacia la puerta, te escuché gritarme
pero tus cadenas ya no pueden pararme
y miré la noche y ya no era oscura, era de lentejuelas
Y todos me miran, me miran, me miran
porque sé que soy linda, porque todos me admiran
Y todos me miran, me miran, me miran
porque hago lo que pocos se atreverán
Y todos me miran, me miran, me miran
algunos con envidia pero al final, pero al final
pero al final, todos me amarán
Y me solté el cabello, me vestí de reina
me puse tacones, me pinté y era bella
y caminé hacia la puerta, te escuché gritarme
pero tus cadenas ya no pueden pararme
y miré la noche y ya no era oscura, era de lentejuelas