La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Me has violentado y sabras quien soy
El que esta conmigo es mucho mayor
Me ha dado autoridad y me ha sentado a su mesa
Ya no soy un hijo bastardo
Hoy tengo herencia
Todo lo que me robo
Lo tendra que devolver
Multiplicado por cien
Ahora voy por el botin
Me ha dado el poder para aullar y plantar
Y con violencia mi herencia arrebatar
Me vas a devolver todo lo que es mío
Tengo el leon de la tribu de juda
Y por el fuiste vencido
Todo lo que me robo
Lo tendra que devolver
Multiplicado por cien
Ahora voy por el botin
Suelta, suelta, suelta lo que es mío
Dame acá
Sueltala
Dame acá
Sueltala
Todo lo que me robo
Lo tendra que devolver
Multiplicado por cien
Ahora voy por el botin
Suelta, suelta, suelta lo que es mío
Dame acá
Sueltala
Dame acá
Sueltala