La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Amigo
La voluntad de Cristo que me quiso probar
Las cosas que mi alma no quería tocar
Las penas, angustias
Rechazos, insultos, persecuciones
Cargada y llena de preocupaciones
Y de luchas, agobiada de amargura
Tanto que un día yo le pregunte al Señor
¿Por qué me trajo a este mundo?
Arrodillada, llorando le dije a Él
Mejor quítame la vida
Y Él me dijo, yo te amo
Sigue avanzando, que estoy contigo
No desmayes, no te rindas
No te detengas a mitad del camino
Aun con barreras y tropiezos te digo
Ve hasta el final
No desmayes, no te rindas
Aunque te encuentres triste y afligido
Sigue luchando contra el enemigo
Hasta el final
Pregunto...
¿Será que yo tengo el derecho de protestar?
¿Será que a Jesucristo yo lo puedo juzgar?
No hay nadie, ninguno
Aunque esté triste y llena…