La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Hay un sonido del cielo
Como ruge la mar
Hay un sonido del cielo
Viene del norte, del sur, del este y oeste
Hay un sonido del cielo
Como ruge la mar
Hay un sonido del cielo
Viene del norte, del sur, del este y oeste
Esta aquí
Oh oh
Esta aquí
Wo oh oh
Esta aquí
Oh oh
Esta aquí
Wo oh oh
Hay un sonido del cielo
Como ruge la mar
Hay un sonido del cielo
Viene del norte, del sur, del este y oeste
Hay un sonido del cielo
Como ruge la mar
Hay un sonido del cielo
Viene del norte, del sur, del este y oeste
Esta aquí
Oh oh
Esta aquí
Wo oh oh
Esta aquí
Oh oh
Esta aquí
Wo oh oh
Esta aquí
Oh oh
Esta aquí
Wo oh oh
Esta aquí
Oh oh
Esta aquí
Wo oh oh
Esta aquí
Oh oh
Esta aquí
Wo oh oh
Esta aquí
Oh oh
Esta aquí
Wo oh oh