La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
El movimiento de gloria es como una corriente de agua
Que después crece, y se hace manantial
El manantial se convierte en río,
Después en mar,
Y en océano poderoso
Y la gloria de dios cubrirá la tierra,
Como las aguas cubren la mar
Mi cristo vendrá
Por su iglesia,
Por su iglesia
Y la gloria de dios cubrirá la tierra,
Como las aguas cubren la mar
Mi cristo vendrá
Por su iglesia,
Por su iglesia
Demuestra tu gloria!,
¡Demuestra tu gloria!,
¡Demuestra tu gloria!,
¡Aquí y ahora!