La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Que se te quite
Ese orgullo mujer que tienes
De que te sirve vivir entre las flores
Desde hoy te digo
Que ya tengo nuevos amores
Y no orgullosos ni remilgosos como tu
Cuatro meses me voy a estar contigo
Cuatro meses me voy a estar con otra
Y los otra cuatro contigo y con otra y otra
Ya no te pido ni amor ni caridad...
Cuatro meses me voy a estar contigo
Cuatro meses me voy a estar con otra
Y los otros cuatro contigo y con otra y otra
Ya no te pido ni amor ni caridad