La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Ai que hermosa y vanidosa
Y sobre todo tramposa
Orgullosa pretensiosa
Tu no tienes corazon
Hay que hermosa y vanidosa
Sobre todo caprichosa
Mentirosa engañadora
Mataras mi corazon.
Ya no te quiero mas
Ya no me haces sufrir
Ya deja de jugar con quien te quiere amar
Porque vas a llorar
Ya no pidas perdon traicionera de amor
Pretendes mas y mas nada vas a lograr
Pero sera mejor que dejes de mentir
Porque esto te va a hundir.
Ai que hermosa y vanidosa
Y sobre todo tramposa
Orgullosa pretensiosa
Tu no tienes corazon.
Hay que hermosa y vanidosa
Sobre todo caprichosa
Mentirosa engañadora
Mataras mi corazon.
Ya no te quiero mas ya no me haces sufrir
Promesas nada mas dejas tu para mi
Ya deja de jugar con quien te quiere amar
Porque vas a llorar.
Ya no tienes perdon traicionera de amor
Pretendes mas y mas nada vas a lograr
Pero sera mejor que dejes de mentir
Porque esto te va a hundir.
Ya no te quiero mas ya no me haces sufrir
Promesas nada mas dejas tu para mi
Ya deja de jugar con quien te quiere amar
Porque vas a llorar.
Ya no tienes perdon traicionera de amor
Pretendes mas y mas nada vas a lograr
Pero sera mejor que dejes de mentir
Porque esto te va a hundir.