La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
En mí angustia yo clamé a tí
No te veo pero te puedo sentir
Tú estás aquí
Te puedo sentir
En mí angustia yo clamé a tí
No te veo pero te puedo sentir
Tú estás aquí
Te puedo sentir
Y si Pablo y Silas te adoraron y las cadenas les fueron quitadas
Así quiero adorarte
Y si Pablo y Silas te adoraron y las cadenas les fueron quitadas
Así quiero adorarte
Tú amor rompe cadenas
No tiene fronteras
Tú luz rompe condena
No tiene barreras
En mí angustia yo clamé a tí
No te veo pero te puedo sentir
Tú estás aquí
Y si Pablo y Silas te adoraron y las cadenas les fueron quitadas
Así quiero adorarte
Y si Pablo y Silas te adoraron y las cadenas les fueron quitadas
Así quiero adorarte
Tú amor rompe cadenas
No tiene fronteras
Tú luz rompe condena
No tiene barreras
Tú amor rompe cadenas
No tiene fronteras
Tú luz rompe condena
No tiene barreras
Dios, Dios, Dios
Tú amor rompe cadenas
No tiene fronteras
Tú luz rompe condena
No tiene barreras
El velo que impedía
Tu presencia en mí vida
Se rompió
Se rompió
Llegó Jesús el que pelea mis batallas
Llegó Jesús el que mueve las montañas
Llegó mi amado
Llegó mí amado
Llegó mi amado
Llegó Jesús el que pelea mis batallas
Llegó Jesús el que mueve las montañas
Llegó mi amado
Llegó mí amado
Llegó mi amado
Llegó Jesús el que pelea mis batallas
Llegó Jesús el que mueve las montañas
Llegó mi amado
Llegó mí amado
Llegó mi amado
Tú amor rompe cadenas
No tiene fronteras
Tú luz rompe condena
No tiene barreras