La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Oh, Lissette
Me pregunto si estás
Recordándome
U odiándome
Sólo que
Estés bien
Que te salga el sol
Te lo dejé de tapar cuando aprendí a soltar
Me perdí
Buscando en ti
Lo que buscabas en mí
Y ninguno lo encontró
Oh, Lissette
Aquí estás
No por mucho tiempo más
Lograré acordarme
Y cuando a mí me salga el sol
Y la lluvia deje ver
El espacio que intenté llenar
Me voy a despedir del mar
Y la espalda voy a dar
Lo que dejo atrás
También fue una parte de mí