La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Ya todo cambió
Ya todo acabó (ya)
Ya esta vida que vivía tan vacía ya no oh oh
Ya todo cambió
Ya todo acabó (yeah yeah)
Vivía una vida vacía
Quería correr y caía
Ansiaba llenar un vacío y no salía nada de una fuente vacía
En la calle fingía alegría
En mi casa moría de agonía
El pecado tocaba mi puerta
Yo nunca cerraba, yo siempre la abría
Hacía y deshacía, yo mismo me mentía
Fingía que lo tenía todo y al final del día yo nada tenía
Hijo soy ahora, me diste una corona
Cuando era pródigo tú no me dejaste
Comía algarroba y tú me levantaste
Ya todo cambió (oh)
Ya todo acabó ya
Esa vida que vivía tan vacía ya no oh oh
Ya todo cambió
Ya todo acabó yeah yeah
Mientras me hundía un día
Una voz mi cabeza aturdía
Recordé una oración que decía
Clama a mí que yo soy el mesías
(Ya no) ya no vivo esa vida de mentiras pa na'
(Ya no) el mundo me llama y no vuelvo para allá
Ya todo cambió
Ya todo acabó (ya) ya esa vida que vivía tan vacía ya no (oh oh)
Ya todo cambió
Ya todo acabó yeah yeah
Hijo soy ahora
Me diste una corona
Cuando era pródigo tú no me dejaste; comía algarroba y tú me levantaste
Ya no ya no vivo esa vida de mentira pa ná'
(Ya no) el mundo me llama y no vuelvo para allá