La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Eso sabroso
Con Ivelisse
No soy la mujer que hiciste sufrir
Hoy he decidido renunciar a ti
Y a todas esas cosas que hicierón sufrir
No soy la mujer que hiciste sufrir
Ya todo ha cambiado y ahora puedo estar sin ti
No, no quiero vivir más junto a ti
No quiero ni flores, ni besos y ni abrazos
No te burlaras de mi
No, no quiero ser como las demás
Que comparten su hombres y sus sueños
Y se entregan sin pensar
Eso sabroso
Con Ivelisse
Caminastes por él mundo, en brazos de otro amor
Haz jugado con mi vida que te perdone Dios
No soy la mujer que hiciste sufrir
No me busques más ya me olvide de ti
No, no quiero vivir más junto a ti
No quiero ni flores, ni besos y ni abrazos
No te burlaras de mi
No, no quiero ser como las demás
Que comparten sus hombres y sus sueños
Y se entregan sin pensar
Hay otro, te salió el tiro por la culata
Eso, sufre
Mambo
No soy la mujer que hiciste sufrir
No me busques más ya me olvide de ti
No, no quiero vivir más junto a ti
No quiero ni flores, ni besos y ni abrazos
No te burlaras de mi
No, no quiero ser como las demás
Que comparten sus hombres y sus sueños
Y se entregan sin pensar
(No soy la mujer)
No soy la mujer (que hiciste sufrir)
Que no que no (nopuedes controlar)
Nunca más (no me vas a mentir)
No soy la mujer que hiciste sufrir
No me busques más ya me olvide de ti
No, no quiero vivir más junto a ti
No quiero ni flores, ni besos y ni abrazos
No te burlaras de mi
No
He decidido renunciar a ti para siempre
Te ame, mataste ese amor
Y quien perdio
Fuiste tu
He renuciar estas cosa que me hicieron mal