La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Eres Dios de Abraham,
de Isaac, de Israel
ven y establece hoy tu potestad.
Venimos a ofrecer, sacrificio a tu altar,
purifícanos en tu fuego Señor.
CORO:
Tu eres Santo Dios, exaltado seas,
venimos a adorar tu nombre Dios.
Tu eres Santo Dios, exaltado seas,
nos rendiremos a tu voluntad
Oh Señor Dios de Abraham.
Eres Dios de Abraham,
de Isaac, de Israel
ven y establece hoy tu potestad.
Ven llena este lugar, exaltado en alabanza,
ven y establece hoy tu potestad,
tu eres Dios
(Repetir CORO)
Solo tu eres Señor, solo tu eres mi Dios
y por siempre reinarás, por siempre Dios (x2)
(Repetir CORO x2)