La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Cada vez que yo miro al cielo
y me vez tirado en el suelo
Tómame entre tus brazos otra vez
y después con tu amor consuélame
Tómame entre tus brazos otra vez
y después ¡ay! con tu amor consuélame
Sóplame, dame de tu aliento
tócame, pásame tu viento
Tómame con tus manos
cárgame entre tus brazos
que me calmes el llanto
que me arrulle tu canto
tómame
Tómame cuando mire al cielo...