La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Voy a ponerle ritmo a mi vida
Salto de tanta alegría
Voy a ponerle ritmo a mi vida
Grito de tanta alegría
Estamos con peter n lili
La pareja del amor
Con este ritmo que nos acogió
Cantando
Bailando
Alabando al salvador
Celebrando de gozo por la vida que nos dio
El ritmo del amor
El ritmo del amor que llena el corazón
Viviendo un romance divino
Una intimidad con dios
Rompiendo cadenas
El nos liberó
Cambiando
Sanando
Quitando la aflicción
El precio del pecado con si vida el pago