La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
No me importa
Lo que me digan
pelearé por el Señor
No me importa
Si todos saben
Soy un redimido del Señor
Yo gritaré
Con orgullo que hey!
Yo amo al Señor
Yo amo al Señor
Yo amo al Señor
Yo amo al Señor
Yo amo al Señor
Ven únete
En el Señor
Alzá tu voz y canta esta canción
Yo gritaré
Con orgullo que hey!
Yo amo al Señor
Yo amo al Señor
Yo amo al Señor
Yo amo al Señor
Yo amo al Señor
Escoje hoy
Quien servirás
No esperes mas hasta el final
Oh decide ya
A donde irás
Salvación o predición tendrás
Yo gritaré
Con orgullo que hey!
Yo amo al Señor
Yo amo al Señor
Yo amo al Señor
Yo amo al Señor
Yo amo al Señor