La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Yo celbraré cantaré al Señor
Con un cántico nuevo
Yo celbraré cantaré al Señor
Con un cántico nuevo
Yo le alabaré con un cántico nuevo
Yo le alabaré con un cántico nuevo
El Espíritu de Dios se mueve en mi
Y yo canto como David
El Espíritu de Dios se mueve en mi
Y yo canto como David
Cantaré cantaré, cantaré como David
Cantaré cantaré, cantaré como David
El Espíritu de Dios se mueve en mi
Y yo danzo como David
El Espíritu de Dios se mueve en mi
Y yo danzo como David
Danzaré, danzaré, danzaré como David
Danzaré, danzaré, danzaré como David
El Espíritu de Dios se mueve en mi
Y yo oro como David
El Espíritu de Dios se mueve en mi
Y yo oro como David
Oraré, oraré, oraré como David
Oraré, oraré, oraré como David