La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
La otra noche soñé que era una estrella
(en el cielo)
y mi cuerpo no dejaba de brillar.
Así que decidí bajar al mundo
para iluminar la oscuridad,
fue tanta la alegría de la gente
que todos me enseñaron a cantar,
diciendo:
Esa luz que llevas
todos quieren verla,
almas de la tierra
por tu amor, esperan.
Oh no, no se puede evitar,
el dolor, que ayer nos hizo llorar
es hoy, lo que nos hace amar.
Sin miedo no suena mal.
Si realmente quieres lo que dices ven y encuéntralo ya.
(Ven y encuentralo ya)
El destino está hablandome en sueños,
(mis sueños)
voy a conseguir hacerlos realidad.
Recuerdo al despertar los sentimientos,
inspirados por la humanidad,
elevando cada pensamiento
se nos da la oportunidad
sintiendo:
Esa luz que llevas
todos quieren verla,
es nuestro momento
seguirán tu huella.
Oh no, no se puede evitar,
el dolor, que ayer nos hizo llorar
es hoy, lo que nos hace amar.
Sin miedo no suena mal.
Te marqué nuestra canción,
volveré, no hay que decir adiós,
desperté, aquí pensando en tí
en tí y en mí al mismo tiempo.
Oh no, noooooooooo...
es hoy, ououououo...
nononononono...
yeah.