La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Sangre en las paredes del cuarto
Julio en la cama, tira una vez más
La sangre baja por su cuello
Y aún lo oigo respirar
¿Que hiciste? ¿Por qué lo hiciste?
Perdoná hermano, no podía más
Gardel sonaba en la radio a la par
Clavando otro cuchillo en su alma
Varios retratos y un crucifijo
Un vaso sucio con migas de pan
Instante de muerte y un abrazo
Instante de muerte, dos hermanos
Un mate frío en la cocina
Es mediodía, avisa la canción
Ya no se mueve y no respira
Ya no hay llanto que arregle el día
Un viaje eterno, sin sus recuerdos
Alimentando por siempre su rencor
Instante de muerte y un abrazo
Instante de muerte, dos hermanos