La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Si yo pudiera describir, el camino a seguir
No seria ir a Paris, o a Madrid
Tampoco iria a perseguir, mil maravillas hasta el fin
Me gustaría percibir, que al final
Descubri, que esta aquí
Que el camino a develar, se encuentra mucho más
Cercano a todo lo que amas, de verdad
Al final, vas a ver
Lo peor no es perder
Siempre habras de renacer
Y ahí veras, crecer tu ser
Entender que el camino a recorrer
No se indica en un papel, no lo podes leer
No lo encontras si no perdes tu tren
Y al final apareció la solución
Era el sendero de mi mente al corazón