La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Oscuridad, renace hoy
En mi interior, por tu visión
Que me muestra el camino,
Que quieres andar, mirando atrás
Quiero saber, y comprender
Profundizar, tu cambio actual
La ambición te ha cegado,
Y en lo alto quisiste reinar
Y hoy no quieres ver,
Que solo estás,
Que tu reino de cristal
Nunca alcanzará la gloria
Y hoy no quieres ver,
Que solo estás,
Que tu reino de cristal
Agoniza entre las sombras
Tu corazón se endureció
Negro por dentro, no soportó
Y a la sangre de tu sangre
Manipulaste contra mi verdad
La soledad te seguirá
Arrepentido, se que estás
Quisiste abusar del imperio,
Pero tus manos vacías están
Y hoy no quieres ver,
Que solo estás,
Que tu reino de cristal
Nunca alcanzará la gloria
Y hoy no quieres ver,
Que solo estás,
Que tu reino de cristal
Agoniza entre las sombras.