La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Ella lo miró, atrapado va, atrapado va, atrapado está.
Ella lo besó con ingenuidad, atrapado está, atrapado va.
Ella lo encontró, no lo va dejar, atrapado está en aquel cristal.
Ella le contó la media verdad, que puede contar, atrapado está.
Ahora no todo lo verás.
Ahora no todo lo creerás.
Ahora transita el desierto.
Mira ese valle lleno de huesos secos.
Ella lo besó, atrapado va, atrapado está en aquel cristal.
Nadie lo notó, pero aquel puñal, no logró matar la media verdad.
Ahora no todo lo verás.
Ahora no todo lo creerás.
Ahora transita el desierto.
Nadie lo espera en el puerto.
Ahora no todo lo verás.
Ahora no todo lo creerás.
Ahora transita el desierto.
Mira ese valle lleno de huesos secos.
Ella lo besó.
Corta la cuerda!!, salta la cerca!!.
Corta la cuerda!!, salta la cerca!!.
Corta la cuerda!!, salta la cerca!!.
Corta la cuerda!!, salta la cerca!!.
Ella lo besó...