La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Puede ser, que la historia,
Me quiera traicionar la memoria.
Pero a ti quien te olvida,
Por más que me lo pida tu presencia sigue aquí
Pasara tanta gente
Y ríos correrán bajo del puente
Pero a ti, quien te olvide
No sabe lo que pide cuando quiere ser feliz:
Y me fui, a buscar una luz, en el mar
Un amor que me quiera
En invierno y primavera
De perder el perdón
Aliviar tanto dolor
Y todos se preguntan como puede ser así
Este amor
Pero fue esa noche
Cuando no hubo preguntas ni reproches
Solo tú me convidas
Un niño que la vida preparaba para mí
Y si soy extranjero
Será camino angosto el que prefiero
Pero a ti, no te olvido
Estrella que persigo, y poder llegar a ti
Y me fui a buscar una luz, en el mar
Un amor que me quiera
En invierno y primavera
De perder el perdón
Aliviar tanto dolor
Y todos se preguntan como puede ser así
Y todos se preguntan como puede ser así
Este amor.