La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Sabes lo que sabes, dímelo.
Sabes lo que sabes, dímelo. Ya.
Sabes lo que sabes, hay perdón.
Sabes que su sangre
ya pago el precio.
¿ Serán los dedos
Que nos señalan?
¿ Serán los miedos
que nos acaban?
Sabes, El ya sabe, dicelo.
Sangre,
Pura sangre por amor, a todos.
Será ese brazos que no se tuerce?
Será la culpa que prevalece?
En el madero murió, no lo podrás olvidar
En la madera pago, solo una vez y no más.
En el madero murió, no lo podrás olvidar.
Culpas que se perderán
En lo profundo del mar.
Sabes, sabes, sabes...
Serán los dedos que nos señalan?
Serán los miedos que nos acaban?
Sabes, Sabes, Sabes...