La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Cae la lluvia, sobre tejado
Se moja el campo
Y con las nubes lloró yo
Y es que mi vida
Hay tantas heridas
Que aún no han sanado
Mientras se muere el corazón
Y hoy me doy cuenta
Que la vida se va
No hay retroceso
No se puede regresar
Pero si te fijas después de la lluvia
Nacen las flores, la rosa vuelve a retoñar
Y la vida sigue sin parar, de nada nos sirve lamentar
El tiempo perdido ya jamás se podrá recuperar
Aún quedan cosas por hacer una segunda oportunidad
Mientras tu puedes respirar puedes tu vida cambiar