La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
A quien le corresponda, quien quiera escuchar
atentos a mi voz, que ahora voy a predicar;
Comienzo con decirles, Basta ya de enmudecer
que las piedras callen, y el justo diga Amén,
quien se atreve a responder.
Porque hacen falta cumplidores de promesas
que practiquen lo que suelen predicar,
que se ganen el respeto de sus hijos
dando ejemplo, donde ejemplo deben dar.
Mas que nunca los que ayer profetizaban
con humilde reverencia y temor,
los que antes de decir que "Dios me dijo"
esperaban claramente oír su voz.
Que las piedras callen, y el justo diga Amén!
Yo no sé si alguien se ofenda,
si no quieran escuchar
o si todavía existen, quienes aman la verdad.
Que se paren los valientes,
nuevos héroes de la fe,
que levanten hoy bandera,
ya no hay tiempo que perder,
Si hay alguno, diga Amén.
Es urgente quien predique de su sangre,
de su Gracia y su venida, pronto ya;
quien no sea por el mundo intimidado
y haga un llamado a la moralidad.
Habrá alguien que provoque corazones
con palabra ungida y Sin Manipular;
que no Venda lo que Dios ha regalado,
Si es por gracia,
Es por Gracia que hay que dar!
Dónde estás generación de Adoradores,
que subías ante el pueblo en Santidad,
y sin fama, sin aplausos, sin pretextos,
Perfumabas con tu Vida el Altar?
Que las piedras callen, y el justo diga Amén!
(Gracias a samely por esta letra)