La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Un hombre leproso se acerca a Jesús meditando
Y es tanta la pena que lleva por su enfermedad
Ah ah ah
He oído que sanas ha muchos sin nada cobrarles
He oidio que haces el bien donde quiera que vas
Por eso te ruego que escuches mi humilde plegaria
Si quieres
Señor limpiame
Quiero quiero quiero sanar tus heridas
Ah ah ah ah ahs
Quiero sanar tus heridas calmar tu dolor
Quiero quiero quiero que tu tengas vida
Quiero sanar el pecado de la humanidad
De pronto un poder muy extraño recorre su cuerpo
Y no encuentra otra cosa que hacer
Más se pone a llorar ah ah ah
Sus manos que ayer eran sucias ahora están blancas
Curadas han sido por ese poder celestial
Por eso si tu mi hermano te encuentras enfermo
Ten fe mi Cristo esta aquí el te quiere sanar