La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Andas moribundo, con el alma rota
Y tus lágrimas se fugan cual
Estrella de ti
Has perdido el rumbo pues la noche
Es tu alcoba
Y embriagada están tus venas
Del mas crudo sufrir
Cual vinagre va lloviendo en
Tu herida mortal
Y las puertas del abismo
Se te abren de par en par
Traigo el remedio eficaz para ti
Ungüento que a tu alma la hará revivir
Deja que el Cristo Inmortal
Vierta en ti
La sangre que pueda arrancar tu sufrir
El rió de tus ilusiones se han secado gota a gota
En un desierto sin oasis
Se torno tu existir
Arraigado en lo absurdo
Has derrocado tu alforja y enfermiza
Esta tu suerte
Crees tu martirio tu fin
Cual vinagre va lloviendo en tu herida mortal
Y las puertas del abismo
Se te abren de par en par
Traigo el remedio eficaz para ti
Ungüento que a tu alma la hará revivir
Deja que el Cristo Inmortal
Vierta en ti
La sangre que pueda arrancar tu sufrir