La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Cada mañana
Te veo pasar bajo mi ventana
No disimules
Vas por mi
Luego en la clase
Tú mírame pero no te pases
Te has sentado a mi lado
Y yo me quiero morir
Y en la hora del recreo
Te busco y no te veo
Deseo conocerte
Serás para mi
Porque eres un bombón bón bón
Yo te quiero para mi colección
Eres un bombón bón bón
Sólo quiero darte mi corazón
Llegó el momento
De decirte todo lo que siento
No habrá secretos
Entre tú y yo
A tus amigos
Les dices que ahora sales conmigo
Nada de videojuegos
Ahora eres para mi
Y en la hora del recreo
Nos contaremos mil sueños
Y un millón de "te quieros"
Serán para mi
Porque eres un bombón bón bón
Yo te quiero para mi colección
Eres un bombón bón bón
Sólo quiero darte mi corazón