La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Será el miedo lo que no te deja ver
Que este mundo huele a jazmín
Te caes al piso, te caes y todo igual
Y este mundo huele a jazmín
Hace tanto frío y es lo que querías ver
Que despierto, ya no soy yo
Y hoy me quedé sin mirar
Me quedé sin mirar y no alcanza, nada
Nos puede pasar, nos puede pasar y no alcanza
Son como 2 gotas, gotas de un mismo clavel
Y otro sueño huele a jazmín, se caen al piso
Se caen y todo bien y otro sueño huele a jazmín
Dame las palabras para que pueda entender
Que despierto ya no soy yo
Y hoy me quedé sin mirar
Me quedé sin mirar y no alcanza, nada
Nos puede pasar, nos puede pasar y no alcanza
Y hoy me quedé sin mirar
Me quedé sin mirar y no alcanza, nada
Nos puede pasar, nos puede pasar y no alcanza