La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Si pudiera yo, subir al cielo
Allí te encontraría
Si bajara a lo profundo de la tierra
También allí te encontraría
Si volara yo, hacia el este
Tu mano derecha me guiaría
Y si se me llevara, a vivir en el oeste
También allí me darías tu ayuda
Me tienes rodeado, por completo
Estoy bajo tu control
Narana narana naranarana
Narana narana naranarana
Bajo tu control
Para ti no hay diferencia
Entre la obscuridad y la luz
Para ti hasta la noche brilla
Como la luz del Sol
Me tienes rodeado, por completo
Estoy bajo tu control
Dios mío que difícil me resulta
Entender tú pensamientos pero más difícil
Todavía, me sería tratar de contarlos
Sería más que la arena del mar
Y aun así si pudiera contarlos
Me moriría, y al despertar
Todavía, todavía estarías conmigo
Me tienes rodeado, por completo
Estoy bajo tu control
Narana narana naranarana
Narana narana naranarana
Bajo tu control