La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Con toda mi vida
estoy dispuesto a amarte
Y todo mi tiempo solo es para servirte
Con toda mi mente
disfruto conocerte
Y todos mis dias son para alabarte
Coro (x2):
Me tienes loco, apasionado
estoy totalmente de Ti enamorado
Con todos mis dichos
confieso que eres bueno
Mis manos, mis pasos
quieren seguir tu ritmo
Con todos mis hechos
declaro, tu eres bueno
Mis fuerzas, mi todo
son para adorarte
[[[[Coro]]]]
Mis brazos son banderas
de alabanza a Ti
Mis pies quieren brincar,
pa' celebrarte a Ti!
[[[[[Coro]]]]]