La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
¿Dónde escribo mi vida sin Ti?
¿Cómo hago historia así?
¿Dónde encuentro respuesta al clamor
De encontrar otro día mejor?
¿Dónde encuentro el reto sin Ti?
¿Cómo abrazo la vida así?
¿Dónde encierro mi amor para Ti?
¿Cómo alzo el vuelo así?
Jesús, no me puede faltar Tu amor
Es lo único que quiero en la vida
No me dejes morir sin saber
Lo que es Tu amor
¿Dónde está mi camino sin Ti?
¿Cómo alcanzo mis sueños así?
¿Dónde sacio mi sed de saber?
¿El destino que tiene mi ser?
¿Cómo toco el mundo sin ti?
¿Dónde pongo la luz que hay en mí?
¿Dónde escribo mi amor para Ti?
Porque sé que este no tiene fin
Tú eres la melodía
La que nace día a día
El manantial de mi vida
La fuente de mi alegría