La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Romanos dezesseis dezenove diz:
Romanos dezesseis dezenove diz:
Seja excelente para o bem,
E inocente para o mal!
E o Deus de paz esmagará a satanás,
Pelo seu poder sob os nossos pés!