La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Te amo, te siento, te vuelvo a sentir
y en cada segundo me enamoro de ti,
te amo, te vuelvo a elegir
en cada mirada te derrites en mi.
y cada gota que derrama tu piel, es para mi
porque cada vez que me tienes dentro.
Hazme reír, hazme llorar,
hazme sufrir hasta llegar.
Hazme morir, hazme vivir;
a salir el sol
Hazme sentir, hazme dudar
Hazme mentir, hasta jurar
Hazme fingir, hazme desear
Hazme otra vez el amor.
Te amo te pienso y vuelvo a escribir
Y cada palabra te trae hasta mi
Y cada instante que acaricio tu piel es para ti
Por cada vez que me tienes dentro
Hazme reír, hazme llorar,
hazme sufrir hasta llegar.
Hazme morir, hazme vivir;
al salir el sol
Hazme sentir, hazme dudar
Hazme mentir, hasta jurar
Hazme fingir, hazme desear
Hazme otra vez el amor
Hazme morir, hazme vivir
Al salir el sol
Hazme sufrir hasta llegar
Hazme otra vez el amor
(Gracias a liza santos por esta letra)