La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Hoy me quiero escapar, quisiera salir
De este lugar.
Me ahogo en las ansias que consumen
Mi soñar.
El momento es ahora, no mirare hacia atrás.
Donde empieza el horizonte, mi alma quiere vagar.
Donde empieza el horizonte mis huesos descansaran.
El dolor no existirá si mi mente puede volar
Se anulan los sentidos,
somos el y yo en el mismo camino.
Somos el y yo en el mismo destino.
Donde empieza el horizonte, mi alma quiere vagar.
Donde empieza el horizonte, mis huesos descansaran.