La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Que corra tu río, que sople tu aliento
Que queme tu fuego por dentro
Que caiga tu lluvia y refresque tu viento
Que traigas un avivamiento (oh oh oh)
Y sea un torrente por el mundo entero
Griten los montes con alegría
Vean los ciegos la luz del día
Rómpanse yugos de esclavitud
Y por los siglos reina jesús
Recorre las vidas carentes de amor
Consuela a tu paso el corazón
Visita aún el más oscuro rincón
Y allí haz brillar tu salvación
¡Haz brillar tu salvación!
Griten los montes con alegría
Vean los ciegos la luz del día
Rómpanse yugos de esclavitud
Y por los siglos reina jesús
Fiel, justo, verdadero, soberano, salvador del universo
Griten los montes con alegría
Vean los ciegos la luz del día
Rómpanse yugos de esclavitud
Y por los siglos reina jesús
Griten los montes con alegría
Vean los ciegos la luz del día
Rómpanse yugos de esclavitud
Y por los siglos reina jesús
Griten los montes con alegría
Vean los ciegos la luz del día
Rómpanse yugos de esclavitud
Y por los siglos reina jesús