La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
The logs at the fireplace
Burn warmth to the breeze
Of my thoughts
As they wander around
Closed down
To me.
As the hours turn and fall
And the warmth weakens
Decends like a cracked
Voices moan.
My thoughts get weak
And cold hope
Rises and falls
When the last glow flies: