La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
1, 2, 3, 2, 2, 3
No lo quisiste perdiste con fuego
Es poderosa la propiedad
Las fantasías recubren lamentos
Si fuiste mía siempre seras
Descúbrete y respira profundo
Los tes para tres no esconden futuro
Y el mundo no acaba
Si el hombre hace muros, sin sol
Lo tuyo es mio y el tiempo es etéreo
Fácil hablar antes que hacer
El principito no hizo al amigo
Para dejarlo desaparecer
Descúbrete y respira profundo
Los tes para tres no esconden futuro
Y el mundo no acaba
Si el hombre hace muros, sin sol
Despegarse cuesta
Rompe contra piedras
Cubreme de hiedras
Definir a ciegas
No se si soy o si te pertenezco
Y no se si el amor es para mantenerlo
Y si no tengo nada como me sostengo
Y no quiero creer que no soy
Lo que debo de entrar en silencio
Descúbrete y respira profundo
Los tes para tres no esconden futuro
Y el mundo no acaba
Si el hombre hace muros, sin sol la emoción no respondo al diluvio
Y descúbrete y respira profundo
Los tes para tres no esconden futuro
Y el mundo no acaba
Si el hombre hace muros, sin sol