La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Cuando miro el camino
Y miro la distancia lejos
Cada día quiero estar junto a ti.
Cuando miro la distancia
Y veo que tu sonrisa se va
Hoy comprendo que quiero estar ahí
Ahí!!!
Ahí!!!
Si mis sueños se me van
Ya no los puedo alcanzar
Solo me queda pensar
Ya no puedo decidir
Ya no puedo ni comer
Ya no puedo ni cantar
Creo que me di cuenta
Que sin ti nada es igual
No soportaría más
Sentir que tú ya no estás.