La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Como un trueno escucho
Desde el cielo tu voz
Fuego eterno en tu mirada
Que a la tierra estremeció
Como un trueno escucho
Desde el cielo tu voz
Fuego eterno en tu mirada
Que a la tierra estremeció
Clame a mi Dios y el me escucho
Su mano me dio, Oyó mi oración
Partió el cielo en dos
Victoria me dio
Tu mi roca, mi refugio y mi protector
Tú me cuidas y me libras
Me escondiste en tu amor
Confiado en ti estoy
Como un trueno escucho
Desde el cielo tu voz
Fuego eterno en tu mirada
Que a la tierra estremeció
Clame a mi Dios y el me escucho
Su mano me dio, Oyó mi oración
Partió el cielo en dos
Victoria me dio
u mi roca, mi refugio y mi protector
Tú me cuidas y me libras
Me escondiste en tu amor
Tu mi roca, mi refugio y mi protector
Tú me cuidas y me libras
Me escondiste en tu amor
Confiado en ti estoy
Tu mi roca, mi refugio y mi protector
Tú me cuidas y me libras
Me escondiste en tu amor
Tu mi roca, mi refugio y mi protector
Tú me cuidas y me libras
Me escondiste en tu amor
Confiado en ti estoy
Confiado en ti estoy