La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Las nubes negras han oscurecido mi cielo
El infierno se levanta como una ola
Y quiere ahogar mi fe
¿Qué voy hacer?
¿Qué puedo hacer?
Levantaré mi fe y confiaré solo en ti
Voy a surfear sobre esta ola
Voy a soltar en Dios mi problema
Voy a gritar: Aleluya, aleluya
Sé que una oración activa el poder del cielo
Sé que tienes cosas grandes para mí
Y creo en tu poder
¿Qué voy hacer?
¿Qué puedo hacer?
Levantaré mi fe y confiaré solo en ti
Voy a surfear sobre esta ola
Voy a soltar en Dios mi problema
Voy a gritar: Aleluya, aleluya
Levantaré el escudo de mi fe
No te soltaré, no te soltaré
Declararé tu palabra eterna es
Me levantaré, me levantaré